Lo que esconde un portfolio
La puesta en marcha de un portfolio online no deja de ser una manera más de abrirse al mundo, de hacer que tu trabajo llegue a quien pueda estar interesado. A unos les gustará y a otros no, ya se sabe, pero siendo tu carta de presentación, debe de ser lo más honesta posible. Al fin y al cabo, creo que de eso se trata: de honestidad. Y no me refiero solo al que muestra, sino al que admira las propuestas más o menos acertadas según criterios, interpretaciones o gustos varios.
Digo esto porque a veces recuerdo cómo, siendo aún estudiante, me llamó la atención un logotipo que vi en el lateral de una furgoneta. No solo me pareció arriesgado para el tipo de negocio, sino, sobre todo (ay, la arrogancia estudiantil) muy simple. La casualidad hizo que varias semanas después pudiese ver el proceso creativo de dicho logotipo para comprobar como, desde el primer boceto con la idea base hasta el resultado final, había múltiples recursos, idas y venidas, colores que aparecían y desaparecían, formas que poco a poco iban dando con la imagen definitiva… Todo bajo una idea trazada y un camino que, si bien parecía optar por diferentes opciones en varios momentos, tenía una dirección marcada desde el inicio. La dirección correcta. Esa fue la primera vez que me di cuenta del esfuerzo que conlleva la creación de una marca, de una identidad. ¡Qué fácil parecía juntar cuatro formas geométricas y usar una tipografía cualquiera! ¿Y lo difícil que resultaba en realidad? Primera lección aprendida.
Cada trabajo es único y las soluciones llegan en algunos casos más rápido que en otros, pero el trabajo en la sombra está ahí
Lo mismo que me ocurrió siendo estudiante, es lo que muchas veces les ocurre a los ojos inexpertos. ¿Cómo un logotipo puede ocupar el trabajo de un diseñador durante días, semanas incluso? Parece una locura para los neófitos en la materia. Y no hablemos ya de libros, revistas o catálogos… Obviamente, cada trabajo es único y las soluciones llegan en algunos casos más rápido que en otros. Pero el trabajo en la sombra está ahí. Las horas de estudio; la experiencia adquirida; las jornadas laborales que se prolongan hasta la noche; los fines de semana trabajando en casa; las ganas de mejorar sabiendo que el esfuerzo y la dedicación son los únicos elementos que se pueden añadir al talento (mayor o menor) que uno pueda tener. En el fondo, es por todo ello por lo que los clientes recurren a los profesionales del diseño. Porque no se trata de cuatro formas geométricas. Se trata de saber lo que hay que hacer y cómo hacerlo.
No sé si en los trabajos que hasta la fecha he realizado hay mucho o poco de lo que acabo de exponer, pero sin duda hay esfuerzo y dedicación. Y honestidad también. Espero que eso sirva.