Motiva
Recuerdo como si fuera ayer mismo la primera vez que acudí a las Jornadas de Diseño Motiva. En el año 2004 acababa de iniciar mis prácticas en Publicaciones Ámbitu y, como cada mañana justo antes de comenzar la jornada laboral, revisábamos por encima la prensa regional en papel. En una de las páginas entrevistaban a Daniel Nebot, Premio Nacional de Diseño y ponente en esa edición, y me quedé sorprendido al leer que Motiva existía desde 1997, ya que durante mis estudios de diseño en el IES Pando de Oviedo no había oído hablar de ellas. Si bien años más tarde se facilitó desde el centro que los alumnos del ciclo presenciaran las jornadas, la primera vez que acudí fue gracias a Alberto Suárez, gerente de Ámbitu. “¿No conoces Motiva?”, me dijo. “Pues coge el bus ahora mismo, pasa allí la mañana y de tarde nos cuentas qué te pareció”. Aún hoy se lo agradezco.
Al llegar al salón de actos de la Escuela de Arte de Oviedo me impactó la atmósfera que rodeaba las jornadas. Hasta entonces no había acudido a ningún evento de este tipo, con profesionales reconocidos del diseño dispuestos a explicar su trabajo y su manera de entender la profesión. Por todos lados se podía ver la identidad gráfica de Motiva y los estudiantes charlaban animados antes de comenzar las conferencias. Los protagonistas de aquel día fueron Miryam Anllo y Marcelo Leslabay, que descubrió a una chica durmiendo durante su charla (muy técnica, todo hay que decirlo) y se tomó con humor la situación. Por su parte, recuerdo que Anllo nos habló de la gráfica que diseñó para un restaurante de comida rápida en Madrid que nació con una decidida apuesta por la calidad. Lo interesante no fue solo el proceso creativo del proyecto, sino lo mucho que tuvo que pelear con el dueño del negocio para implantar sus ideas. Al año siguiente la gráfica del restaurante le valió un premio en los AEPD, aunque eso no evitó que, tiempo después, el cliente diese un giro completo a la idea original y modificase por su cuenta el diseño al llenarlo todo de bocadillos y sandwiches gigantes por las paredes.
Al llegar al salón de actos de la Escuela de Arte de Oviedo me impactó la atmósfera que rodeaba las jornadas
Tras aquella edición volví muchas veces más a Motiva, prácticamente todas hasta la fecha, y tuve la suerte de ver a grandes profesionales que admiro y respeto, en gran medida gracias a que en Ámbitu siempre conté con permiso para acudir un par de días a las jornadas. Tras el cierre de la empresa en 2012 me resultó un poco más complicado cuadrar la agenda, aunque para entonces Motiva estaba perdiendo algo de fuelle por la falta de patrocinadores públicos y privados debido a la crisis. Esto implicó en gran medida la supresión de los Premios Motiva, que siempre contaron con una cobertura importante por parte de la prensa regional y los medios especializados en diseño de todo el país. De carácter anual desde sus inicios y bianual a partir de 2010, la última edición de los premios data de 2014.
Todo esto ha venido a mi memoria al comprobar como las conferencias en esta edición se han visto reducidas a tan solo tres en otros tantos días. Sin duda alguna el esfuerzo de los organizadores habrá sido tan entregado como en años anteriores, pero es una pena que en esta ocasión no se haya conseguido dar la categoría que se merece a un proyecto que estaba consolidado y que, por unos o por otros, parece que se está dejando caer.
Motiva fue y debe seguir siendo un referente en el diseño nacional. Tiene que volver a mostrar lo mucho que podemos ofrecer desde una tierra como la nuestra. Nos lo merecemos todos los que nos dedicamos a ello en Asturias, los estudiantes y también la sociedad y el sector empresarial a los que, aun sin el reconocimiento que merece, nuestra profesión ayuda a crecer y mejorar.